Nubes y tormentas en los ojos.

Truenos tristes que auguran una guerra.

Canas teñidas  con acetona o éter.

Alta cocina.

Otra vez dura …

Embalsamada de primera a la primera.

Pérdida.

Desempolva ese traje digno de tu vida moderna,

para lucirlo con tu mejor sonrisa.

Postureo  agudo de tacón puntilla social.

Purpurina recurrente en los labios de la cebra opulenta vestida de rayas.

No más lágrimas de cocodrilo fino.

No más banquete de techo siniestro.

No más intimidad hipócrita con interpretación heroica.

¿Nominación al  Óscar?

¡No! Mi padre no entiende de arte…

Debutas en el negocio de comprar compañía.

Hipoteco mis órganos por verte feliz,

evadiendo  todos los espejos sin impuestos…

 Es más glamour/oso no hablar de esto.

¿Qué pasa contigo?

A nadie  nunca le importa,

¡Gracias por nada!

Soledad esotérica.

Culpas oscuras que dan pena.

Paranoia perversa con ecos de grandeza.

Confesión off the record:

Lo hicimos siempre mal, muy mal!

Ansiedad maldita en el abismo.

Sudores sinceros,

siempre que la bolsa está de nuevo vacía.

Chin chin por los viejos tiempos.

¡Porque un borracho siempre estará bien visto!

Cuando los demonios ya no nos tienten,

cuando nadie responda….

Vas a querer ponerte de nuevo el traje

digno de tu vida moderna,

para lucirlo con tu mejor sonrisa.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *