Incursiones subterráneas,
subcutáneas.

Secretos a gritos.

Miradas que expresan más que todas mis letras juntas,
escritas de esta extraña  manera.

Pupilas dilatadas de emoción y deseo.
Pestañas coquetas.
Es la dialéctica y la proxémia de tus gestos…

La  masoquista semiótica
dominada por tu demonio interno.

La diferencia está en la forma en la que ahora me miras:
Ojos rebeldes que se enfrentan a tus designios.

Tentación profana,
pirómana (y a veces hasta terrorista)
que evoca al ultramundo de fuego y hielo.

Inmersiones en llamas  profundas.
Metaverso de los cuerpos.

Un ser dentro del otro
desafiando los poderes oscuros de la lengua muerta y los elementos.

Me bendices con el río inconsciente:
Caudal anárquico.
Fuego vivo.

Almíbar dulce de Dioses
que fluye por tu existencia
eternamente húmeda,


lumbre y en llamas perpetuas.



Eclipse de Luna llena.

Se abre la puerta intangible.

Portal interplanetario
que nos conecta a esa realidad cósmica
que siempre ha estado…
Que nunca se ha ido.

Es la energía vital que nos mantiene vivos.

Mitología bendita del deseo;
jamás descrito,
jamás perverso.

Siempre bello,
como tus ojos o tus besos.

Escritos inéditos,
directos.

Poesía  temporalmente incompleta…

Conexión inexplicable,
única,
indomable.

A veces aterradora

pero siempre radiante
y muy muy intensa.

Letras salvajes que llegan a mi
cabalgando en el calor de tu cuerpo.

El poeta es un ser de luz
que habita en una dimensión paralela.

Espejo en el que me miro a diario.
Enigma…. Acertijo que nunca entiendo.

Dictado excéntrico de  una locura incombustible.

Yo solo soy un canal.

El tentador:
Kamikaze,
tatuador del subconsciente,
o simplemente el elegido
para replicar los ecos
que retumbaran en tu pecho.

Ángeles y demonios,
son todos partícipes del juego.

Intenso intercambio de energías
que se traducen en
desenfreno.

No quiero parar.

Apetito insaciable
que desgarra lo mundano
y santifica lo eterno.

Hechizo de luna llena.

Ritual pagano
o simplemente
un delirio en estéreo
que nunca decodificaremos.

La grandeza de lo inexplicable
nos atropella cada noche,
cuando tus ojos provocan

a todo mi universo.

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