Flores malditas.
Flores perversas.
Flores muertas.

Lágrimas de rocío triste
que tiñen de rojo
mi existencia mutante.

Lugares comunes.

Luna nueva para todos.

¡Que sople el viento!

Lenguaje no inclusivo
que me excluye a mi mismo.

Maldita y bendita la hora
en la que probé las virtudes
de tus tesoros inclementes.

Lluvia ácida.

Tormentas y huracanes
en los acantilados de tu cuerpo.

Hay un camino estrecho y salvaje
hasta alcanzar tu monte nevado.

No sé cómo he llegado hasta él…

Tele
Telekinesis y hologramas.

Es este,

el momento glorioso
en el que me bendices
con el almíbar de tu fruta prohibida.

Torrente de vida.
Luz y oscuridad al mismo
tiempo completo.

Ojalá y este instante fuera
un bucle eterno.

Loop de momentos.

Flashback
o dejavú.

Volver a empezar dentro de ti,
antes de haber muerto
(ahogado)
por la leche blanca de la luna llena.

Incursiones guerrilleras en tus entrañas.

Okupa anárquico
que busca tu beneplácito,
para perpetuar su estancia las profundidades más oscuras
de tus secretos.

Gritos rasgados que silencian

a los gemidos más sordos.

Delirio.

Manjares como tesoros.
Piedras preciosas que huelen a
orgasmos con delay compulsivo.

Temblores de tierra.

¿Quien soy yo para colonizar tus carnes?

Aventurero valiente.
Déspota usurpador mono neurona,
mono sentimiento.
Mono deseo.

O simplemente:

El voyerista iluso
que te come con los ojos
y te observa con ganas de devorarte vestida,

en secreto.

En el frío de la distancia.

Delirio.

Yo solo quiero tus besos.

Únicamente quiero tocarte en sueños.

Lamerte con las letras
y penetrarte con ideas.

Fractales y estelas de luz                                        

disueltas en mis versos.

Delirio.
Utopía siniestra de pecado en cadena.

¿Nos damos un capricho?

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *